viernes, 11 de octubre de 2013

LA RECETA DEL CONFETI

                                  

 Probó a caminar erguido, con paso firme, cabeza alta, espalda recta… Extendió el brazo derecho y con la palma de la mano abierta imitó el movimiento de su homólogo invisible. Contuvo por un momento la respiración;  las arrugas de la cara en su tensión terminaron por provocar una sonrisa poco evolucionada propia de un ser alienado.

   Está bien  –pensaría-  hay que trabajar un poco mas el gesto, y ya está.

Corrió a la procura del sastre más reconocido entre la comunidad de los pequeños simios para tratar un traje echo a medida :  Será de tonos oscuros pero sin caer en la previsible sobriedad no continental. Que absorba  la claridad de los ambientes mas disolutos. Que anteponga por rigurosa obligación la palabra señor a mi nombre.

 Todo un reto en plena dictadura de camisas holgadas y estampados en la jungla.


Al tercer día hábil de la segunda semana de agosto, alrededor de las doce de la mañana hora del pacífico, frente a la oficina central …

Un mono con traje cogía aire por última vez en lo que restaba de día y su corazón paso de latir a 10000 revoluciones a pararse de repente. En su rostro hubo una especie SHOCK, como  plasma de 54” quebrado, para poco a poco descubrirse una nueva imagen de seriedad nítida.

Como en ensayos anteriores se dispuso a caminar con firmeza y seguridad. Saludando comedidamente en el recibidor, doblando corredores con soltura y un punto de velocidad no casual. Siguiendo el itinerario marcado hasta llegar a una gran sala de espera en la que nadie esperaba. Y esperó …

A eso de la una de la tarde sonó una alarma  muda que movilizo a toda aquella masa de gente apartándola de un golpe de sus ocupaciones.
 Y Tras la breve agitación reinó la tranquilidad absoluta. El continente sin contenido. El vacío.

Ahora la sonrisa volvía a ser perturbadora, casi risa, casi carcajada, el objetivo a la vista.

Cada habitáculo y su papelera en medio de la inmensa cuadricula, llenos de documentos mecánicamente destruidos, folios perforados y sus restos de lunares. Bolsas y bolsas llenas de nieve de papel…



Esperaban todos en las ramas de la jungla con sus frutas fermentadas. ..y por fin, por fin la fiesta comenzó.